lunes, 12 de enero de 2015

Como si de una gestación se tratase.

Han pasado 9 meses ya desde la primera y única vez que publiqué aquí. Realmente mi vida no ha cambiado mucho, al menos desde fuera, y sin embargo, ese proceso que se inició meses antes de crear el blog, pero que se reafirmo al escribir la primera palabra sí me ha cambiado por dentro.

No voy a decir que ha ocurrido un milagro y de repente todos mis miedos han volado y tampoco que me he dado cuenta de que el mundo es maravilloso, porque no lo es, hay que asumirlo, pero lo que sí voy a decir es que en este tiempo he aprendido a aceptar quien soy y he llegado a conocerme más de lo que muchas personas logran ver de sí mismos en toda su vida.

Siempre he sido una persona insegura y no suelo decir, por ende, estar segura de algo, pero hay una cosa de la que sí lo afirmaría y de la que no me arrepiento, y es del día que reuní valor para contarle todo lo que se me pasaba por la cabeza la que se ha convertido en la persona en la que más confío. Tuve suerte de encontrar a alguien a quien de verdad, saber esto no le supuso ningún cambio, tanto es así que con frecuencia se le olvida. Ella ha sido un elemento clave en mi cambio, algo de luz en la habitación oscura. Quizá no debería proceder de fuera la fuerza que te dice que ser quien eres no te hace peor que nadie, pero en aquel momento fue un flotador que me salvó la vida.

Cuando digo que desde fuera nada ha cambiado, es cierto, porque en muchos ámbitos de mi vida no he realizado ningún cambio notable e incluso en casa, aunque he dejado de ocultarme, tampoco he verbalizado la situación. Eso me devuelve a que no todos los miedos se han ido, esto es un proceso que acaba de empezar, han pasado 9 meses y ahora mismo soy como un recién nacido de torpes reflejos. No me escondo, peor puedo sentir cómo mis carótidas palpitan con fuerza y la sagre se agolpa en mis mejillas cuando alguien parece haber leído entre líneas y entonces siento miedo y ganas de huir, pero permanezco allí y espero a ver como de desenvuelve la situación.

Lo que sí ha cambiado es mi forma de enfrentarme al mundo, aunque sigue resultándome extraña la manera de comportarse de otras lesbianas, especialmente en twitter. Por ejemplo, el convertir sus cuentas en monotema: sexo, bollodrama, ligoteo, etc. o llenar RT de porno sus perfiles (algo que si hicieran los hetero pondríamos el grito en el cielo, unfollowearíamos a ese salido y así con todo). Me extraña aunque lo puedo entender, de la misma manera que soy plenamente consciente de que no todos tenemos la misma visión de twitter, pero sobre todo, twitter representa un porcentaje mínimo de lo que somos.

He logrado aceptarme y he ido aprendiendo (aunque me falta mucho camino) a adaptarme a determinadas situaciones y personas. Aún tengo pendiente una perspectiva más positiva de la vida en lo referido a las relaciones, porque sigo viendo un panorama desolador y forzado, donde las mujeres a las que les gustan las mujeres acaban saliendo con chicas con las que no tienen absolutamente nada en común más allá de su condición sexual, y esto es algo que supongo que viene dado por la escasez y dificultad de conocer a personas con tu misma orientación, que si ya la probabilidad no es muy alta, la probabilidad conjunta de encontrar a alguien con tu misma orientación y afinidad en otros aspectos de la vida ya debe ser ínfima, pero añádele encima la probabilidad de que exista atracción mutua. Apaga y vamonos. Eso explica relaciones tan disfuncionales como la de una pareja de amigas, en las que una es completamente independiente, de gustos frikis, nada femenina y de mentalidad adulta y la otra es absolutamente dependiente, marujona e infantil, y la fiesta está servida, claro, porque no las he visto sin discutir ni una sola vez, además, y esto es algo que no me agrada decir, pero no deja de ser cierto, ejercen roles claramente definidos de hombre y de mujer. Yo me pregunto siempre que quedamos, por qué estarán juntas, al tiempo que rezo por no caer en semejante despropósito en mi vida.

Supongo que es una enorme tontería lo que voy a decir, pero yo no me hice (nací, pero quiero decir que no afronté y asumí ser) lesbiana para conformarme con cualquier cosa con tal de tener pareja. No puedo entender esa clase de relaciones. Eso nos devuelve a que la situación no es fácil, porque en estas relaciones todo parece muy artificial. Desde el primer momento en que hablas con una mujer, desde una perspectiva abiertamente lesbiana mutua, puedes sentir como si estuvieses en una de esas citas de 2 minutos, teniendo que probar que eres interesante. ¿Interesante para qué? Conocer a una persona, que te caiga bien, que te enamore por su forma de ser, por sus aficiones, por los momentos que has compartido con ella es posible, pero que sea lesbiana es la parte complicada de la tarea, porque inmediatamente, desde que ambas partes conocen la situación, ésta se enrarece.

No acabo de ser capaz de dar con las palabras para transmitir lo que quiero, pero espero que si alguien lo lee entienda en todo o en parte el mensaje.

1 comentario:

  1. Me alegro que hayas encontrado un buen flotador.
    Fuerza, a veces es difícil todos estos procesos, y la verdad que el entorno muchas veces también esta viciado, pero relax, paciencia y buen humor.

    Un fuerte abrazo lleno de buenas vibras.

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